Transcribimos algunos párrafos de la Alocución de D. Ramón del Hoyo López, obispo de Jaén, en la Beatificación de Manuel Lozano Garrido, Lolo.
La Iglesia entera de Jaén proclama la grandeza del Señor y se alegra porque ha mirado, con predilección en esta Ciudad, a dos de sus siervos: San Pedro Poveda, sacerdote, y al Beato Manuel Lozano Garrido, laico.
...
El nuevo Beato fue un cristiano seglar que se tomó en serio crecer unido a Jesucristo. Se puso a su entera disposición y sus frutos permanencen. Caminó inmerso en las realidades temporales, como apóstol comprometido, sobre todo como escritor, desde su formación en los círculos de la Acción Católica. Nunca permaneció ocioso, al contrario, fue fermento y luz nítida para muchos. Era cristiano que transparentaba el Evangelio de Jesucristo con palabras, escritos y obras inconfundibles, sobre todo abrazado al sufrimiento con perenne alegría. Es el cristiano ejemplar que necesitaba esta Iglesia para seguir sus pasos.
La Iglesia entera de Jaén proclama la grandeza del Señor y se alegra porque ha mirado, con predilección en esta Ciudad, a dos de sus siervos: San Pedro Poveda, sacerdote, y al Beato Manuel Lozano Garrido, laico.
...
El nuevo Beato fue un cristiano seglar que se tomó en serio crecer unido a Jesucristo. Se puso a su entera disposición y sus frutos permanencen. Caminó inmerso en las realidades temporales, como apóstol comprometido, sobre todo como escritor, desde su formación en los círculos de la Acción Católica. Nunca permaneció ocioso, al contrario, fue fermento y luz nítida para muchos. Era cristiano que transparentaba el Evangelio de Jesucristo con palabras, escritos y obras inconfundibles, sobre todo abrazado al sufrimiento con perenne alegría. Es el cristiano ejemplar que necesitaba esta Iglesia para seguir sus pasos.