No. No fue milagro, pero...
El cielo amaneció amenazante. El pronóstico era de lluvias-lluvias.
El cielo amaneció amenazante. El pronóstico era de lluvias-lluvias.
Y la mañana las trajo, inicialmente, suaves. Por algunas esquinas de Linares, los ciegos anunciaban el cupón: “Hoy, el Lolo”. Y en la enorme explanada del recinto ferial, trabajaban en los últimos preparativos para el gran momento soñado desde hace 14 años: a las 7,30 de la tarde un representante del Papa iba a proceder solemnemente a la proclamación de Beato de un linarense triturado por el dolor y por las circunstancias adversas, pero rebosante de alegría, de optimismo, de trabajo para los demás: Manuel Lozano Garrido, “Lolo”.
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