Mensaje de la Unión Católica de Informadores y Periodistas de España (UCIP-E) al Apóstol Santiago en la celebración del Jubiléo de los Periodistas.
Señor Santiago:
La Unión Católica de Informadores y Periodistas de España venimos a darte gracias por tu ayuda e intercesión, a pedirte que nos sigas protegiendo, a manifestarte nuestra voluntad de ser siempre fieles a nuestro compromiso de católicos y a nuestra vocación de periodistas.
¡Apóstol Santiago!, como sabes, la misión periodística exige competencia profesional y responsabilidad moral. Como nos dijo en su día nuestro querido y recordado Juan Pablo II: “Con los poderosos instrumentos de que disponemos podemos forjar la confianza para elaborar el bien. Podemos influir en ellos el sentido de Dios, educar para la virtud, cultivar la esperanza, revivir la sensibilidad ante los valores trascendentales” [1].
Pero también podemos producir un gran daño a las familias, presentándoles una visión inadecuada o incluso deformada de la vida, de la familia, de la religión y de la moralidad. Los ejemplos los tenemos todos los días, cuando los responsables de muchos medios quieren imponer la basura informativa, que tanta influencia tiene en sectores sociales que ven en “princesas del pueblo” su guía.
Por eso creemos, como Juan Pablo II, que las autoridades públicas tienen el grave deber de apoyar a la familia en beneficio de la sociedad misma. Es necesario que las autoridades públicas pongan en práctica políticas y procedimientos de reglamentación para asegurar que los medios de comunicación social no actúen contra el bien de la familia.
Los representantes de las familias deben participar en la elaboración de esas políticas. Los que elaboran las políticas en los medios de comunicación y en el sector público deben favorecer también una distribución equitativa de los recursos de los medios de comunicación, tanto a nivel nacional como internacional, respetando la integridad de las culturas tradicionales [2].
En España vivimos momentos difíciles y complicados donde se nos quiere imponer la cultura de la muerte frente a la de la vida. Se intenta también reducir a la religión al silencio, Hay que exigir su legitimidad en todos los ámbitos de nuestra democracia y su necesaria participación en el diálogo social.
Sigue ayudándonos, Señor Santiago. Sigue intercediendo por nosotros para que lleguemos a parecernos un poco a nuestro querido LOLO, Manuel Lozano Garrido, nuestro periodista ejemplo, que el pasado sábado fue beatificado en Linares que siempre nos decía que “el periodismo, como ejemplo de servidumbre, nunca podrá ser enarbolado bajo una bandera sin ideología, por inhumano, y de aquí también que la fidelidad católica, por verdadera, tenga que estar necesariamente en la raíz de toda información que se precie de auténtica y sincera”.
¡Óyenos, Santo Patrono! Queremos proclamar ante tu presencia nuestra decisión de hacer realidad nuestro compromiso de periodistas católicos y te pedimos por nuestras familias y también por España, nuestra Patria, de la que tú eres Patrono.
[1] Mensaje de Juan Pablo II (21-1-84).
[2] Mensaje de Juan Pablo II con motivo de la XXXVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (24-1-04).
UCIP-E, 21/06/2010