miércoles, 1 de febrero de 2012

Frente a las dificultades de la comunicación

José Gabriel Vera, Director del Secretariado de la Conferencia Episcopal EspañolaLos «lineamenta» del próximo sínodo de los obispos sobre la nueva evangelización han señalado a los medios de comunicación como uno de los escenarios que «está marcando en modo cada vez más determinante la vida de las personas y la consciencia colectiva» y, al mismo tiempo, que ofrece enormes posibilidades para la Iglesia, representa uno de sus grandes desafíos.


                                                                                                                                                       José Gabriel Vera, 
Director del Secretariado de la Conferencia Episcopal Española
El encuadre del mundo de la comunicación como una oportunidad fue acogido por la Iglesia en España con la creación de los premios Bravo, cuyo origen se remonta al comienzo de los años setenta. Los obispos de la recién creada Comisión de medios de comunicación animaban a los creyentes a dirigirse a los profesionales de la comunicación para agradecer su actividad y reconocer el valor de su trabajo. Con la convocatoria de la llamada Operación Bravo, miles de cartas fueron dirigidas a estos profesionales directamente o a través de la propia Comisión. Esta acción era una de las actividades preparadas para la celebración de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que había instituido Pablo VI en 1967.
En la primera Operación Bravo, en la primavera de 1971, fue reconocido el trabajo de Manuel Lozano Garrido «Lolo», periodista y escritor, que murió ese mismo año y que fue beatificado el 12 de junio de 2010.
Con el paso del tiempo esta actividad desembocó en la creación de los premios Bravo, concedidos por la Comisión episcopal de medios de comunicación. Desde 1972, las candidaturas son presentadas por las Delegaciones de medios de comunicación de las diócesis; un jurado, presidido por uno de los Obispos de la Comisión y compuesto porsacerdotes y periodistas vinculados a la Iglesia, concede los premios Bravo. Las categorías han ido aumentando con el tiempo. Premio Bravo 1971, otorgado a Manuel Lozano Garrido, LoloEn 1971 se concedieron Bravo de Prensa, Radio, Televisión y Disco; con el paso de los años se han incorporado las categorías de Publicidad, Labor diocesana, Cine y Nuevas Tecnologías, a las que se suma el premio Bravo especial que reconoce una trayectoria o una labor especialmente destacada de alguna persona o institución.
En estas cuatro décadas los Bravo se han concedido a más de doscientas cincuenta personas, instituciones o actividades relacionadas con la comunicación. Entre los premiados hay nombres conocidos e instituciones como la RIIAL (Red informativa de la Iglesia en América Latina) o la Asociación de la prensa de Madrid, y medios de comunicación como Televisión Española, la Cadena Cope o la  revista Familia Cristiana.
La reunión del Jurado de los premios Bravo 2011 tuvo lugar el pasado 25 de octubre bajo la presidencia de monseñor Joan-Enric Vives, obispo de la Seu d'Urgel. El fallo del Jurado ha buscado premiar labores destacadas y meritorias en el campo de las comunicaciones sociales, que hayan incidido en la promoción de valores religiosos y humanos, como la justicia, la paz y la solidaridad.
En esta edición los galardonados con los premios Bravo han sido: la Jornada mundial de la juventud Madrid 2011, por su gestión global de la comunicación en un acontecimiento de relevancia mundial (Bravo Especial); «L'Osservatore Romano», en su 150º aniversario (Bravo de Prensa); Radio Exterior de España (Bravo de Radio); Inmaculada Galván (Bravo de Televisión); la película «De dioses y hombres» (Bravo de Cine); la agencia Villar-Rosás por su campaña «Como en casa en ningún sitio» para Casa Tarradellas (Bravo de Publicidad); el Orfeón Donostiarra (Bravo de Música); el sitio en Internet www.rezando-voy.org (Bravo de Nuevas tecnologías); y Mn. Jordi Piquer Quintana, de la diócesis de Barcelona (Bravo al trabajo diocesano en Medios de comunicación).
La concesión de los Premios es ocasión propicia para hacer visible la cercanía y el afecto de la Iglesia al mundo de la Comunicación, una realidad que no es ajena a la misma misión de la Iglesia. Ella misma se funda sobre el mandato del Señor de comunicar a todo el mundo una buena noticia que es la salvación de Jesucristo. Comparte por tanto con los medios de comunicación no sólo el uso de algunas técnicas y no pocas tecnologías, sino también una disposición esencial para difundir la verdad, extender el bien y mostrar la belleza.
Al mismo tiempo, también los medios de comunicación tienen que recibir el mensaje de la ‘nueva evangelización’ que impulsa Benedicto XVI, para beneficiarse de él y contribuir a su difusión. En este contexto, los premios Bravo son una excelente oportunidad para hacer más fecunda la relación entre la Iglesia y los medios, ambos llamados a transmitir la verdad, el bien y la belleza, y suponen el abrazo afectuoso de la Iglesia en España al mundo de la comunicación.
Fuente: L’Osservatore Romano, 29 enero 2012
www.amigosdelolo.com, 01/02/2012