Aún estamos gustando y gozando de estos días de Gracia que han sido las Jornadas, presididas por Benedicto XVI. Todo lo que pudiera preverse ha quedado superado. Demos gracias a Dios por ello y que la siembra realizada sea de abundantes frutos.


En las otras diócesis de Andalucía también había varios miles de jóvenes extranjeros y a ellos les llegó una biografía de Lolo en francés, alemán, italiano e inglés, o en castellano para los españoles.
Siguieron los días de Madrid. Los perfiles de Lolo son muchos; y no es pequeño su afán misionero: lo demostró en tantos escritos sobre las misiones; pero bastaría para ver esa dimensión misionera leer el artículo que él escribió, con el título de“Confidencias de una cama misionera”. El Obispo de Jaén, Presidente de la Comisión Episcopal de misiones, propuso la idea en la citada comisión. Y en los días de la JMJ en Madrid, hubo una magna exposición misionera. Y allí hubo una sala dedicada a LOLO. No podemos menos que agradecer a todos los organizadores el delicado tratamiento y la belleza de la exposición: Tanto quienes en Linares diseñaron el material, como en Madrid, a quienes la hicieron posible con un entusiasmo grande y una admiración a Lolo que contagiaba a los visitantes. ¡Cuántos cientos y cientos de biografías breves recogieron allí los peregrinos para llevar en sus mochilas…!

También la Acción Católica de las diversas naciones celebró un acto en la Parroquia de Guadalupe. Los jóvenes italianos y argentinos asistentes eran miles. Pero también estaban los españoles, judíos y palestinos, muchos africanos y alemanes… La tarde de aquel 17 de agosto era de una alegría desbordante y a la vez de honda oración en silencio ante el Señor. A estos miles de jóvenes se presentó la figura de dos jóvenes Beatos: Pier Giorgio Frassatti y Lolo, como jóvenes a los que mirar y contemplar. ¡Ojalá hubiera sido posible poder llegar a que todos pudieran haber recogido las biografías correspondientes en los diversos idiomas…! (Nuestras “limitaciones” sólo pudieron ofrecer unas 2.000); se las llevaban como “rosquillas”.

Nos alegramos ahora de que estén llegando correos hondos, muy sentidos, de tantos rincones del mundo de parte de esos jóvenes peregrinos que se acercaron a Lolo en este agosto caluroso por el sol, pero más caluroso por el afán de tomar a Cristo como Camino: un camino que nuestro Lolo supo seguir día a día quietecito en su sillón de ruedas.
www.amigosdelolo.com, 22/08/2011