Joven: esta es tu hora.
Te lo digo yo que tengo en ti puesta mi esperanza.
Joven, esta es la coyuntura,
para que el navío de tu alma
ponga proa por las singladuras
que son rutas de heroicas hazañas.
Te lo digo yo que tengo en ti puesta mi esperanza.
Joven, esta es la coyuntura,
para que el navío de tu alma
ponga proa por las singladuras
que son rutas de heroicas hazañas.
Joven: entra en tu corazón y extiende las velas,
que te aguardan tierras por conquistar
y hay un espacio vacío que espera tu nombre.
Joven: tu fe, el rápido golpeteo de tu vida de gracia
se tensa como nervio de ballesta de arquero,
para saltar hasta la diana de un corazón que no sabe de Cristo.
Los bancos vacíos de la capilla
aguardan, quietos,
el peso fuerte de tus rodillas.
Hazle a Cristo la señal
para que vierta sobre la noche del que no cree
la torrentera bravía de tu gracia.
Joven: la fe que conseguiste sin esfuerzo,
es ruta sangrienta
para millones de almas que viven sedientas sin saberlo;
sentadas en el umbral con sombras de muerte.
No ignores más el tesoro de tu fe
y lánzate a rescatar
al gimiente entre harapos,
predestinado para ser tu hermano en el hogar inmortal
de los cielos.
Joven: esta es tu hora. Esta es tu coyuntura,
de capitanes esforzados y valientes.
Te lo digo yo, que tengo, en ti puesta mi esperanza.
de capitanes esforzados y valientes.
Te lo digo yo, que tengo, en ti puesta mi esperanza.
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