Hoy he visitado una exposición con material que Lolo había tenido durante su vida. Me encuentro ante su máquina de escribir. Esa máquina que durante sus primeros años utilizaba incansablemente con sus manos y que tras el paso de su enfermedad fue reemplazada por una grabadora.
Luego su hermana Luci, transcribía en esta misma máquina sus escritos.
Me fijo bien y veo que la letra “O”, está borrada por el uso. Ello me recuerda una anécdota contada por Lolo sobre el final de la guerra, cuando le propusieron acusar a quien le delató. Él en aquella hoja solamente puso un tachón. Cuenta el protagonista que al salir a la calle compró un diccionario y arrancó del mismo la hoja que contenía la palabra “odio”. Creo que esta “O” SE HA BORRADO MÁS BIEN por el optimismo de su dueño hacia la vida y por el orgullo del mismo por ser cristiano.
La máquina de escribir que Lolo puso debajo del altar improvisado en su casa y que hizo arraigar en sus escritos a Jesús en su grandeza y esplendor. Veo la máquina y es una máquina normal, pero esas teclas han hecho posible que un
árbol desnudo haya sostenido en sus ramas a
las golondrinas, mientras debajo de esas
estrellas que se ven de noche, Dios nos
habla todos los díasen un
sillón de ruedas 1.
Cuando llego a mi casa, cojo mi ordenador e intento emular a Lolo en sus escritos. SÍ; esos escritos tan sencillos y simples pero a la vez tan profundos que NO se pueden digerir en una sola lectura, si no que ARDES por dentro, consumiéndote en una reflexión serena y profunda DE la vida.
Nueve libros y cientos de artículos son la obra literaria de Manuel Lozano, posiblemente breve en el aspecto material, pero impresionante en su profundidad espiritual. Unos escritos, que ayudan a quien los lee, y actuales, a día de hoy, como si se hubieran realizado hace unos días.
Leyendo a Lolo, parece que esa máquina de escribir, aún funciona redactando simple y llanamente unas líneas profundas en su ser interior y que, al igual que ayuda a quien las lee, ayuda a sobrellevar la vida a quien las escribe.
Lolo llegó a impulsar ese teclado con su corazón, imprimiendo con el amor aquello que iba sintiendo dentro de su cuerpo magullado por la enfermedad, pero pletórico en Jesús.
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1 Alusión a algunos títulos de las obras escritas por LOLO.
Ignacio Segura Madico (Vicepresidente de CECO), 26/10/2011